Busqué con ojos expectantes, aquel minuto de gloria que todo el mundo tiene,
Y aspiré a tener las suficientes palabras para describir ese sentimiento,
El nerviosismo aumentaba, los minutos pasaban y yo seguía muda,
Raro en mi, ya que soy mujer de muchas palabras.
Seguía ahí, parada, boquiabierta, con ojos de psicópata, y voz ausente,
Y no sabía que hacer, tan solo aparecía en mi cabeza un vago recuerdo,
Un par de pasos ya andados,
y mi voz ya gastada.
Quizás fue mi bello erizado por una caricia,
O quizás fuese más que eso,
Pero justo ahí, me dije a mi misma,
Este es tu minuto,
Y te besé.
A partir de ese momento,
He tenido más de cien horas de gloria…
Tonta yo por pensar que tan solo era un minuto…
No hay comentarios:
Publicar un comentario