jueves, 21 de octubre de 2010

Tu propio rincón.

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·Estaba seguro de que lo que hacia estaba correcto, cogió la puerta y se marchó. Lo único que se oyó fue un par de gemidos, y las lágrimas caer. Ella se tumbó en su cama deshecha, y rebuscó entre las sábanas, su olor. Empezó a recordar, como las gélidas manos de la persona que mas amaba, se posaban en sus mejillas mientras, ella, sonreía, intentando no pensar, que mas tarde, todo aquello vivido, iba a desaparecer.
Encontró un pequeño recuerdo, entre la sábana y el cojín, le venía a la mente aquel pequeño rincón tan suyo, que hicieron bajo las sábanas, bajo la almohada, dentro de su corazón.
Como el decía: "el tiempo es nuestro, no hay nada que nos pare".
Paradojas de esta vida, desapareció.
Como aquello que tanto quieres, por lo que luchas hasta que tus ganas se acaban,
hasta que todos aquellos esfuerzos no hacen que eso que quieres se acerque, sino que se aleje, como la cuerda que atas y de la fuerza se rompe, como aquello que ella sentía, mientras el reloj marcaban las diez, y ella seguía enterrada, entre las sábanas, sus recuerdos, y el amor.




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