En aquel asiento, de aquel tren…

No quise ni pensar que pasaría cuando nos bajásemos de aquel tren, tan solo escucharle era un gran regalo, él seguía a mi lado.

Estaba harta de que me corrigiera siempre, tratándome como a una niña pequeña, ya era mayor, ya tenía claro lo que quería, pero sin darme cuenta lo que mas quería estaba justo al lado.

Solo recuerdo aquel accidente, después de ahí todo se nubló y no veía nada.

Seguíamos alli sentados, y yo sonriente en aquel asiento, de aquel tren sintiéndome afortunada, sintiéndome quizás la más afortunada puesto que mi padre seguía a mi lado.